LA Leyenda urbana de la casa que sangra se habla de boca en boca desde hace tiempo! Maison Sanglante estaba ubicada en Saint-Quentin, un pequeño pueblo en la región de Aisne en Francia. La historia comienza en 1986, cuando una pareja se muda allí y, después de un mes, comienzan a escuchar ruidos extraños (como gemidos y el sonido de cacerolas golpeando) provenientes del piso.
Al principio, los dos pensaron que eran vecinos, pero las cosas comenzaron a ponerse cada vez más raras. Un día, la esposa vio una sustancia roja extraña y viscosa que rezumaba por la pared de la cocina. ¿Era sangre? Su esposo trató de calmarla, diciendo que probablemente era solo pintura vieja que estaba reapareciendo. Solo cuando el fenómeno comenzó a ocurrir en otras partes de la casa, los dos decidieron llamar a la policía. La investigación llegó a una conclusión aterradora: no era tinta, sino sangre humana.
Entonces, la pareja decidió pasar una semana fuera de la casa y esparcir harina por el suelo de todas las habitaciones, en un intento de atrapar a alguien haciendo una mala broma. Sin embargo, cuando regresaron, no encontraron huellas, solo todas las paredes completamente cubiertas de sangre. Se llamó a un sacerdote y éste dio el veredicto: fue obra del diablo y la casa debía ser demolida lo antes posible.
Cuando la casa se derrumbó, los cuerpos de alrededor de 50 soldados alemanes de la Primera Guerra Mundial fueron descubiertos bajo sus cimientos. La foto de arriba es de la casa que se construyó en el sitio de Maison Sanglante.